viernes, 25 de noviembre de 2016

DIARIO DE UN SWITA (3) by Jose A. Valdés



Hoy ya estamos a tope. Desde que hemos llegado al laboratorio hemos notado un ambiente especial: ya hay microorganismos creciendo. Cuando el gran jefe SWI Víctor J. Cid ha ido a abrir ventanas para mejorar ese ambiente uno de nuestros magníficos grifos del laboratorio ha decidido transformarse en fuente. Anécdotas que le hacen a uno tener que cambiarse de laboratorio.

El caso es que hemos recogido todas las placas de siembra y nos las hemos llevado para empezar a leerlas. ¿Había algún productor de antibióticos? ¿Se ve algún halo de inhibición? ¡¿Pero qué es esto del halo?!

Pues el halo es la manera que tenemos de saber si nuestro microorganismo produce o no produce antibiótico. Os cuento: nosotros ponemos un césped en la placa de algún microorganismo que sea primo de alguno patógeno. Trabajamos con sus primos para que a nosotros no nos pase nada. Ese césped es una extensión en la placa en la que crece el microorganismo primo del patógeno por todas partes

 Inhibición de Bacillus mycoides por colonias bacterianas en las placas de dilución de suelos del Campus de Moncloa recogida en el proyecto SWI@UCM

A continuación, sembramos bacterias que hemos aislado de colonias encontradas en el suelo. Sean esas bacterias lo que sean. Y esperamos. Al día siguiente, o sea hoy, miramos al trasluz nuestra placa. El césped ha crecido y también han crecido las bacterias desconocidas. Pero en algunos sitios la bacteria desconocida impide a su alrededor que crezca el césped. Forma un halo. Uno de inhibición. Eureka.

Pero, ¿quiénes son esos microorganismos del césped? O mejor aún: ¿de quién son primos? ¡Ajá! Aquí llegamos a resolver la intriga de ayer: los microorganismos ESKAPE. ESKAPE son las iniciales de los malos del cuento: Enterococcus, Staphylococcus, Klebsiella, Acinetobacter, Pseudomonas y Enterobacter. Contra ellos estamos luchando. Y para eso buscamos halos de inhibición que se carguen a sus primos. Daños colaterales.

¡Y ya hemos encontrado! Y más que vamos a encontrar. Esto es lo que estamos buscando en los suelos de todos aquellos lugares que van a empezar a formar parte de la SWI. Los colegios e institutos que participen buscarán bacterias en sus suelos, las aislaremos y las enfrentaremos a los céspedes. ¿Qué harán? ¿Encontraremos antibióticos? ¿Estamos ante la solución al gran problema del siglo XXI? Pues qué queréis que os diga, eso esperamos.

Ya está todo listo. Ya vamos sabiendo a qué colegios e institutos iremos. Y la lista se va ampliando. SWI ha venido para quedarse. Los SWIPIs, los SWITAs y los estudiantes de ESO y Bachillerato estamos motivadísimos. Así tiene que ser. Nosotros, de momento, acabamos nuestras jornadas de formación. No sé que os parecerá, pero tengo la sensación de que la “complutensina” está cada día más cerca.

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