Hoy ya estamos a tope. Desde que hemos llegado al
laboratorio hemos notado un ambiente especial: ya hay microorganismos
creciendo. Cuando el gran jefe SWI Víctor J. Cid ha ido a abrir ventanas para
mejorar ese ambiente uno de nuestros magníficos grifos del laboratorio ha
decidido transformarse en fuente. Anécdotas que le hacen a uno tener que
cambiarse de laboratorio.
El caso es que hemos recogido todas las placas de siembra y
nos las hemos llevado para empezar a leerlas. ¿Había algún productor de
antibióticos? ¿Se ve algún halo de inhibición? ¡¿Pero qué es esto del halo?!
Pues el halo es la manera que tenemos de saber si nuestro
microorganismo produce o no produce antibiótico. Os cuento: nosotros ponemos un
césped en la placa de algún microorganismo que sea primo de alguno patógeno.
Trabajamos con sus primos para que a nosotros no nos pase nada. Ese césped es
una extensión en la placa en la que crece el microorganismo primo del patógeno
por todas partes
Inhibición de Bacillus mycoides por colonias bacterianas en las placas de dilución de suelos del Campus de Moncloa recogida en el proyecto SWI@UCM
A continuación, sembramos bacterias que hemos aislado de
colonias encontradas en el suelo. Sean esas bacterias lo que sean. Y esperamos.
Al día siguiente, o sea hoy, miramos al trasluz nuestra placa. El césped ha
crecido y también han crecido las bacterias desconocidas. Pero en algunos
sitios la bacteria desconocida impide a su alrededor que crezca el césped.
Forma un halo. Uno de inhibición. Eureka.
Pero, ¿quiénes son esos microorganismos del césped? O mejor
aún: ¿de quién son primos? ¡Ajá! Aquí llegamos a resolver la intriga de ayer:
los microorganismos ESKAPE. ESKAPE son las iniciales de los malos del cuento: Enterococcus, Staphylococcus, Klebsiella,
Acinetobacter, Pseudomonas y Enterobacter. Contra ellos estamos luchando. Y
para eso buscamos halos de inhibición que se carguen a sus primos. Daños
colaterales.
¡Y ya hemos encontrado! Y más que vamos a encontrar. Esto es
lo que estamos buscando en los suelos de todos aquellos lugares que van a
empezar a formar parte de la SWI. Los colegios e institutos que participen
buscarán bacterias en sus suelos, las aislaremos y las enfrentaremos a los
céspedes. ¿Qué harán? ¿Encontraremos antibióticos? ¿Estamos ante la solución al
gran problema del siglo XXI? Pues qué queréis que os diga, eso esperamos.
Ya está todo listo. Ya vamos sabiendo a qué colegios e
institutos iremos. Y la lista se va ampliando. SWI ha venido para quedarse. Los
SWIPIs, los SWITAs y los estudiantes de ESO y Bachillerato estamos
motivadísimos. Así tiene que ser. Nosotros, de momento, acabamos nuestras
jornadas de formación. No sé que os parecerá, pero tengo la sensación de que la
“complutensina” está cada día más cerca.
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