Urgentemente. Las bacterias patógenas son capaces de
evolucionar de manera muy rápida. Pocos años tras la introducción de un nuevo
antibiótico en la práctica clínica comienzan a aparecer bacterias resistentes.
¿Has oído hablar de las “superbacterias”?
Son patógenos resistentes a
prácticamente todo nuestro arsenal terapéutico. Suelen aparecer en los
hospitales e infectar a personas ingresadas en las UCIs. Según la OMS, la
resistencia bacteriana a los antibióticos es en potencia el desafío médico más
importante del siglo XXI. Las grandes compañías farmacéuticas no invierten
prioritariamente en este campo desde hace décadas porque no les resulta
rentable la inversión en este tipo de medicamentos en comparación con los que
se utilizan para tratar enfermedades crónicas. La OMS añade en su informe del
año 2011 que si continúa esta línea de inacción “desde hoy al año 2015 el coste
que supondrá este problema sanitario será de 100 billones de dólares y causará
300 millones de muertes prematuras. Esto se debe a que la adquisición de
resistencia de las bacterias patógenas a los antibióticos conocidos se produce
a un ritmo mayor que el descubrimiento de nuevos antibióticos por parte de los
investigadores y las empresas farmacéuticas.
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